La Administración Federal de la Administración (FAA) envió nuevos casos de pasajeros revoltosos al FBI, según informó la agencia el 8 de agosto en un reporte de prensa.
De acuerdo con la agencia, en lo que va del segundo cuarto de 2023 se han transferido más de la mitad de los casos de pasajeros problemáticos en aviones y los nuevos fueron remitidos al FBI para su procesamiento criminal.
Así, un total de 22 casos pasarán a la revisión del FBI, que incluyen eventos ocurridos entre 2021 y abril de 2023 y con diferentes grados de severidad.
Entre los incidentes más comunes provocados por pasajeros violentos se encuentran los asaltos físicos y sexuales a otros viajeros o al personal de la aeronave, fumar o tener comportamientos no permitidos en avión, y amenazar con acciones terroristas.
El FBI y la FAA mantienen un sistema conjunto iniciado en 2021 para penalizar y procesar a los pasajeros que provocan altercados o problemas en los vuelos.
En ese año, la agencia recibió un número récord de incidentes con pasajeros revoltosos (720) y luego de la asociación con el FBI reporta una reducción del 80% en las dificultades a bordo de los vuelos en territorio estadounidense.
Según la base de datos de la FAA, el número de casos de este tipo en 2023 ha mostrado una ligera tendencia al aumento, con 207 en julio pasado respecto a los 146 reportados en el mismo mes de 2022.
Desde que se implementó la iniciativa, la entidad señala que ha enviado a procesar más de 270 casos y solamente en 2023 se han transferido entre las agencias un total de 39.
El Secretario de Transporte, Pete Buttigieg, agregó que “el comportamiento revoltoso provoca serias preocupaciones de seguridad para los pasajeros y tripulación por igual, así que estamos manejando esta situación agresivamente”.
Por lo general, la FAA transfiere los casos al FBI para perseguir cargos criminales ante violaciones en la conducta de los pasajeros, que pueden ir desde rehusar a sentarse hasta interferir con el trabajo de los tripulantes.
En los casos más problemáticos la FAA propone multas acompañadas con la sanción criminal del FBI y estas pueden ascender hasta un valor de 37.000 dólares por violación.